sábado, 27 de octubre de 2007
Mi entrevista de trabajo
Fuerza, paciencia, ánimo, optimismo, resistir, resistir.... estoy pensando en todas las palabras mágicas que oigo de mis amigos y que he leído en los comentarios de esta página que me he atrevido a colocar en la Web.
Palabras mágicas y llenas de esperanza, fuertes y brillantes como el sol que salió el miércoles, desde muy temprano y que parecía ser un buen augurio: era mi entrevista de trabajo.
Y ya lo tenía todo listo: la ropa que me pondría, -ustedes saben, la primera impresión es la más importante (y decisiva a veces)-, mi currículo, impecablemente elaborado, incluso con foto, la foto de una periodista cuya sonrisa triunfante y despreocupada distaba mucho de las clásicas fotos para documentos oficiales.
Me baño, me alisto, me arreglo, un vaso de jugo y salgo volando en un santiamén, no sin antes pasar mi mano por la estampita de San Judas Tadeo, el santo del trabajo, que cuelga en una pared. Me presigno ¿Le prometeré una misa? ¿una novena si la hago?
La calle. la calle desde el carro o a pie. Es el mundo que camina, que avanza frente a tus ojos, que nunca se detiene, ni para reír o llorar contigo, sólo avanza. Y avanzo también sobre ella, frente a ella, en ella, soy otra vez la gente sonriente que camina de un lado a otro, ejecutivos, de saco y corbata, secretarias, doctores, ingenieros, asistentes, mecánicos, choferes.... Respiro fuertemente y pienso en esta nueva y rápida otortunidad que he encontrado. Sonrío triunfal. Soy los edificios que brillan, los árboles y plazoletas que parecen cantar felices. Bienvenida, nuevamente al club, María Iribarne periodista.
Una vez frente a la puerta de la oficina donde sería entrevistada, tomo una gran bocanada de aire mmm ¿que abría detrás? ¿se parecerá acaso a mi antigua sala de redacción llena de movimiento y actividad? pero no se oye nada desde aquí... voy a tocar la puerta, pero antes de que levantara la mano, un hombre la abre y me queda mirando. Me hace pasar. Oh Dios mío. Estoy ante una oficina que es casi del tamaño de mi dormitorio... y en ella hay diez escritorios con computadoras alineados de dos en dos como en las escuelas primarias estatales, y en ellos, diez personas trabajando. Sus caras enterradas en las pantallas, e iluminadas por ellas parecen máscaras. Ni levantan la visa para mirarme. El silencio allí es sepulcral.
El entrevistador y jefe de esa empresa está desparramado en su silla, con un cigarrillo en la mano y un encendedor en la otra. Su ambiente es casi una cabina telefónica y su desordenadísimo escritorio parece ocuparse casi todo el espacio. Rápidamente escruto: guías de remisión amontonadas, hojas con diseños publicitarios, llenos de enmiendas y observaciones, clips, lapiceros, oficios, una taza de café a medio beber. Un conocido aviso de alerta sale de su PC... está usando el MSN messenger mmmm
Parece haberme leído la mente, o mi rostro no puede ocultar la desazón que me causó ver tamaña austeridad en ese lugar (escritorios apilados en una ratonera, sin cocina, sin pasillos, sin baños, sin espacio alguno). "Anque usted vea que trabajamos en condiciones bastante sencillas, le aseguro que esta empresa tiene sus réditos y prestigio bien ganado, tenemos clientes en Argentina, Chile, Colombia, Brasil..." En ese momento ya no lo escuchaba. Sólo veía a mi posible empreador haciendo círculos grandes con las manos, apuntando al techo algunas veces y otras hacia sus montones de papeles. Me sentía decepcionada. No me iban a ofrecer mucho seguramente.
De pronto su voz se levanta de nuevo y me hace despertar de mi marasmo "Nuestra meta, nuestro objetivo, es alcanzar el iso 9001 y por eso buscamos profesionales competentes en el área de prensa, para la edición de boletines corporativos empresariales..." Parecía un mandatario dando balconazos, y yo como su único público empecé a atemorizarme. Entonces recordé las palabras - clave, necesitaba recordar algo para calmarme. "Fuerza, ánimo, optimismo"... bueno, quién sabe, de repente esta suerte de chiflado perfeccionista sí tenía algo bueno que ofrecer.
"1.64 dólares por artículo, claro está, sujeto a la aprobación del cliente. Ah y también hay que ver el tema del control de calidad en el trabajo realizado, que por supuesto, incidirá en la tarifa... ¿qué le parece? además nuestra cartera de clientes no es nada despreciable. N0s mandan elaborar unso 20 boletines por mes de cuatro páginas cada uno. Unos 2 artículos por página, tres en algunos casos... "
No lo podía creer. La tarifa era tan pobre como yo lo iría a ser dentro de un par de meses cuando se acabaran mis ahorros. Ni siquiera iba a llegar a los 300 dólares, que es el salario mínimo oficial en este país, es más, ni ese salario mínimo, alcanzaría para pagar los servicios básicos de un hogar cualquiera".
Pero nocesitaba un trabajo, lo que sea, ¿qué hacer? Debía tomar una decisión inmediata. Estaba por balbucir algo cuando el hombre tomó la posta. "Sin embargo, vamos a evaluar su hoja de vida y la llamaremos si se considera que su perfil reúne los requisitos como para formar parte de esta corporación que aspira a alcanzar los máximos estándares de calidad en la información...." otra vez sus brazos hacían dibujos en el aire. El sol estaba furiosamente brillante y la ventana que había tras él era una enorme pantalla que comenzaba a enceguecerme. El hombre era una silueta que comenzaba a ser devorada por ella...
Sí, el sol estaba furioso, su calor comenzaba a aplastar mis espaldas. Ahora la calle ya no parecía el reflejo de la alegría, la fuerza y el optimismo, era un montón de gentes autos y buses, tiendas y comercios centelleantes con sus vidas girando, torciéndose y retorciéndose para sus propios lados, sin mirarme. No lo podía creer, pero por qué no. Yo sé perfectamente que esto podía ocurrir. Ni modo, así es fútbol... en el Perú. Mejor me busco un teléfono público, para llamar por enésima vez a mi ex novio, a ver si en esta sí me contesta...
martes, 23 de octubre de 2007
No nos llame...
... nosotros lo llamaremos. ¿Les suena conocida esta frase? Seguro que sí, es más, debe tener tantos años como los que conforman la llamada Edad Contemporánea de la humanidad, y es la que supuse escucharía en algun momento no muy lejano... después de todo es la frase favorita de los empleadores que quieren deshacerse de los desesperadas aplicantes que pugnan por una vacante en una empresa, pero que "no reúnen el perfil requerido" (esa es otra de sus frases...) y tal vez, en esta nueva e intrincada aventura de buscar y buscar por entre la maleza del empleo en Lima Perú, no escaparía de ella...
...pero bueno, era domingo y en ese momento, no tenía de qué preocuparme... o más bien, no quería.... y dejé que la modorra del sueño -que era como uno de esos amigos insistentes que no te dejan irte de la fiesta- me atrapara... ¿qué hora sería? no me importa... solo quería seguir disfrutando de mi camita, toda ancha y mullida....
Sin embargo era domingo, y como todos los domingos, especialmente en la vida de un desempleado, por ley, hay que ir a buscar el diario, para, plumón, o lapicero en mano, buscar alguna oportunidad para salvar mi, cada vez más destartalada vida financiera, en la sección de los Empleos.
Tal vez esas páginas rellenas de letritas y letritas, que conforman esta sección me hicieran olvidar un poco cuán desarreglada se pone la vida de uno, cuando algo, se sale de control, o mejor dicho, cuando una de las tuercas que conforman la armazón de tu existencia, se afloja y se cae. Todas las demás, como por aviso, comienzan a desmoronarse también. Y ante nuestros ojos, todos esos andamios, gruesos y delgados, rectos y curvilíneos que tanto nos ha costado construir, se vienen abajo, como un castillo de naipes.
Pero lo peor de todo es cuando uno mismo contribuye a la destrucción de todo. Sí, uno mismo. Porque cuando todo se sale de control, se pierde el sentido del equilibrio y todo comienza a hacerse mal... pero ya no por azar del destino, sino con nuestra propia mano....
Y eso fue lo que pasó el sábado. Lo arruiné todo. Lo eché por la borda e hice que mi novio se fuera. Diablos ! y la estabamos pasando tan bien ... por qué tuve que arruinarlo todo con esos veinte vasos de cerveza que me tomaba, uno tras otro, , de a sorbos primero y luego cada vez más rápido... como si fuera la última vez, la última fiesta del año, la última bebida de toda mi vida.... y el pobre había soportado todos estos días míos de tensión con una paciencia a prueba de balas. Era su contribución a mi desgracia. Resbalaron y cayeron de los umbrales de mis oídos sus frases de apoyo y comprensión. No nocesitaba palabras, necesitaba trabajo, trabajo maldita sea, ¿¿por qué me sacaron, por qué a mí, si era eficiente, hice todo lo que me pidieron? por qué, por qué... y tú con tus palabras de aliento... palabras... de qué me sirven tus estúpidas palabras??
Entonces el pobre bajaba la cabeza. Y lo hacía lenta y dolorosamente. Y yo terminaba avergonzada de mí misma, sintiéndome una basura. Y pidiéndole perdón luego, la tarde pasaba viéndonos abrazados, sollozando cara con cara apoyados el uno en el otro... pero todo tiene su límite y él también lo tuvo, y yo y mis cosas, y mi fatalismo... y veinte vasos de cerveza, un par de bofetadas en la calle, insultos, arrastrones del brazo... lo empujé todo al abismo...
y luego el adiós vino vomo un intenso dolor sobre otro...
No lo pude retener. ¿Cómo podría? ¿con qué cara? lo vi alejarse esa madrugada en la puerta de la discoteca sabiendo que ni mis lágrimas ni nada podrían cambiarme ni cambiar nada y sentía que el pecho me estallaba en mil pedazos y pasaba nuesta vida juntos en un segundo.... Y ahora, mi único consuelo es el diario del domingo, mi cama, una resaca del demonio... y una estúpida llamada para mí... ¿quién sería?
Oh Dios mío, alguien me llama para una entrevista de trabajo. Mañana miércoles a las 10 am.
Mmmm ¿me irá bien esta vez? ¿escucharé la consabida frase con que titulo este capítulo de mi vida? Mi dolor de cabeza es tan intenso...
Pero bueno el próximo post ya les cuento cómo me fue con esta nueva chance... y con todo lo demás...
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