miércoles, 31 de octubre de 2007

A mal tiempo...


Dicen que hay que ver siempre el lado bueno de las cosas, se viva el momento en que se viva. Y aquí desde mi esquina, me he propuesto hacer lo mismo. Porque, aunque no lo crean, ha llegado el momento del hartazgo en mi vida. Todo lo que hago es quejarme, deprimirme. preocuparme, gastar y gastar papel higiénico en lágrimas de cocodrilo, andar como una momia con mis harapos de dormir, mis cabellos revueltos y mis legañas, desde mi cama a mi escritorio e ingresar a mi habitación virtual, que, por cierto se está conviertiendo en la esquina de los lamentos... he repasado lo que he escrito, y observo que he hecho con mi blog algo semejante a pintar una habitación de negro y decorarla con telarañas, escobas de bruja y cuerdas de ahorcado. No más.

Hmmm no sé por qué pero ahora, todo me está pareciendo alegre. ¿será por el sol que afuera brilla espléndidamente? ¿será porque hoy es un día de fiesta y jolgorio? es el Día de la Canción Criolla en el Perú, el día en que desempolvamos nuestros vinilos , CDs y cassetes que traen los suspiros, lamentos y alegrías de nuestros más destacados artistas nacionales, muchos de ellos, eximios guitarristas y compositores de renombre internacional... y ya todo el mundo se pregunta, ¿qué planes para esta noche? qué Halloween ni que ocho cuartos!... toma mientras! no hay primera sin segunda! que viva la resbalosa! que salgan todas las parejas a bailar...

Sí, a mal tiempo buena cara, porque hasta el dolor nos puede dar lecciones de vida. Y no es que con eso pretendamos de modo masoquista buscar al dolor para hacernos de un buen maestro pero, si las circunstancias nos enfrentan al sufrimiento, a la desgracia o a dar un mal paso, hay que sacarle ventaja, ver qué podemos aprender de eso, y seguir.

Además, ¿de qué me quejo tanto? no tengo hijos que mantener, no tengo deudas, vivo con mi abuela, la mujer de mi vida, quien me espera todas las mañanas con una taza de leche caliente y un bizcocho y me acompaña en las tardes leyendo alguna revista, mientras navego por la web buscando trabajo. Es lo más gratificante y reconfortante que me ha sucedido en esta parte de mi vida, una oportunidad brillante como el sol, que aprovecho ahora que mi desempleo me permite tener tiempo libre: estar con ella todo lo que puedo, disfrutar al máximo de su entrañable compañía, escribir mientras, de rato en rato, me doy vuelta y observo su silueta que tiene -y siempre ha tenido- algo de señorial, destacándose con la luz junto a la ventana donde se sienta luego de almorzar, para hojear un libro, para coser alguna prenda, o para comentarme algo nuevo que ha oídio en la radio sobre una medicina natural que es buena para los ojos, el estómago o el corazón; sobre un comentario que hizo el sacerdote en la última misa a la que asistió; o sobre algo que oyó de una vecina mientras iba al mercado.

¿Cómo no lo había visto antes?. Solo pensando en mis cosas, no me di cuenta de la valiosísima oportunidad que Dios ponía ante mis ojos...

Así que, nada de quejas, nada de lamentos, al menos por hoy. Es mi meta del día. Que no tengo trabajo?¡pues piña! ¡ellos se lo pierden! ¿que mi novio no me contesta el teléfono? pues piña por él. Además que me ahorro llamadas, ¡que se lo pierda ! esta tarde la pasaré con mi abuela, haré algunos planes y me divertiré de lo lindo en la noche. ¡Que viva la canción Criolla, que viva la vida!

¡ toma mientras!

1 comentario:

carla vanessa dijo...

Muy interesante lo q cuentas de tu abuela y muy optimista tu actitud frente a las desventuras de la vida, sigue así, que pronto verás la luz al final del túnel...

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