martes, 20 de noviembre de 2007

Matías (parte II)

Vuelvo a este mi rincón luego de algún tiempo. Y antes de proseguir con la historia que les contaba, debo pedirles disculpas por haberlo abandonado. Y es que, en verdad, pareciera que cometí una suerte de "abandono de blog", pero no.

Mi incesante búsqueda de empleo y uno que otro problema que tuve que resolver, ocasionó en mí estas últimas semanas, un estado de agotamiento terrible, que me alejó por un momento de las pantallas de las computadoras. Y de eso hay mucho que contar; ya lo haré más adelante.

Pero ahora, una vez recobradas las energías y el optimismo, vuelvo a la carga para narrarles los vericuetos de mi exiliada vida laboral, terminando con esta historia, la cual prosigo, a continuación.

...Mi lengua larga me iba a dejar en el más completo de los ridículos y alejar definitivamente de Matías, mi nueva conquista, que en el Día de la Canción Criolla, había aparecido; y que por cierto, ya no estaba entre los curiosos que me rodeaban, sino más bien una figura conocida desde hace cinco años, que, cruzada de brazos, miraba fijamente desde la puerta de la casa: mi ex novio. Oh Dios mío, ¿desde qué hora estaría allí? ¿habría sido testigo de todo lo que había pasado? A decir por la cara que tenía, sí. De pronto, se dio media vuelta, y se fue.

Me vi obligada a irme yo también. Era un desastre, todo había salido mal y por mi culpa. No había nadie más a quién reclamar, perdí soga, cabra, monte y todo lo que pudiese perderse ese día. Qué fatal, mis artimañas de conquista apestaban, seguía sin conseguir trabajo, y si alguna vez se me ocurrió que algún día, mi ex iba a volver por mí, pues con lo que paso esa noche, sin duda iba a ser una esperanza vana.

La noche estaba helada, y mientras me alejaba de la casa, aún podía alcanzar a oir la música que habían vuelto a poner en la fiesta. De pronto, mi celular empezó a timbrar.

En menos de un segundo me hice miles de preguntas y respuestas: ¿quién podría ser a esa hora? ya eran como la una de la mañana, ¿sería mi ex? . No, la cara que me puso era peor que un insulto ¿Matías tal vez quien realmente no se había marchado, sino ido a una tienda por cigarros? ¿en qué momento desapareció de la fiesta? pero no, no le di mi número, ¿mis amigas tal vez? ellas se quedaron en la fiesta... desgraciadas...

miré la pantalla de mi teléfono, era mi abuela.

-"Mari, ¿vas a quedarte a dormir con tus amigas o regresas a la casa?"
-Regreso- conteste no sin cierto extrañamiento.
-Qué bueno, te han llamado de una empresa, quieren que vayas a una entrevista mañana a las 8:30 am, será mejor que te aparezcas.

Oh Dios mío, gracias, me pones otra lucecita al final de mi red de túneles !!. Estiré la mano por un taxi y me fui volando hacia mi casa. Mañana tenía que ser un gran día. Miré la avenida y sus casas cuyas puertas lucían herméticamente cerradas, los postes de luz firmes echando sus sombras blancas, ni un alma , todo tranquilo y solitario.. no, esperen, ahí venía alguien... no podía ser !! ¿¿Matías?? ¡¡¡era Matías !! venía en sentido contrario, con otro amigo, con una caja de cerveza. Había salido a comprar !! me muerooooooo !!!

viernes, 2 de noviembre de 2007

Matías (parte I)

Matías, tal era el nombre del chico que me miraba insistentemente esa noche llena de guitarra y cajón. Era el Día de la Canción Criolla y me hallaba en una simpática reunión de amigos, con parrillada incluída. No podía ser de otro modo, tenía que divertirme, pasarla bien era la consigna de esa noche, y todo parecía indicar que así sería: allí estaba el adorable humo del carbón y los anticuchitos en su punto, la cerveza espumante y helada que circulaba por doquier, y mis compinches de siempre a mi alrededor: Gloria, la abogada (que aún me corretea para que denuncie a mi centro de labores) y fumadora empedernida solo los días de fiesta; Melina, la pequeña del grupo (1.50 cm) contadora discreta, muy femenina y educada (excepto cuando le buscan la bronca, pues allí los desafortunados conocen a su Mister Hyde) y Erika, diseñadora gráfica, locuaz conversadora y consejera experta y al detalle (sobre todo si de sexo se trata)... sí había y estaba todo lo que quería, la fiesta prometía. Y la cereza del helado eran los ojos de Matías quien desde la otra esquina de donde yo estaba, me miraban sin cesar. Atrás de mí no había nadie, ¿a quién más buscaría ese desconocido? Mis amigas también se habían dado cuenta y ya casi me empujaban a su encuentro.

Pero no me atreví, soy a la antigua. Prefiero esperar a que me aborden antes de que yo salte como un león hacia mi presa. Y esa presa por cierto estaba buenaza... cabello castaño lacio, cayéndole suavemente por un lado, ojos oscuros, grandes y penetrantes, alto y atlético...

"y tiene un hermoso trasero, habrá que ver la delantera..." Erika ya había dictado sentencia y el resto de mi grupo reía complacida y me daba palmadas en la espalda.

Bah, pero ¿qué tenía que perder si me acercaba a él? estaba sola, disponible, además bien arreglada, con una blusita celeste sensual de escote a medio pronunciar y un jean apretadito. Incluso me había maquillado cuando no suelo hacerlo. Mi apariencia no era tan obvia como para que la gente al verme leyera "busco un hombre desesperadamente aquí y ahora", pero tampoco como para que dijera "aléjense de mí, bassssuras, desde ahora me declaro lesbiana" .Y la gente, al verme, levantaba el pulgar hacia arriba como los emperadores romanos. Además estaba claro, él me miraba a mí y todos lo habían notado, tal vez todo el mundo en la fiesta.

Mientras pensaba esto, miraba mi vaso de cerveza y pensaba qué podía estar mal ahora, hay que tomar lo que uno quiere y casi de obligado si se está como yo en una sequía sentimental y fisiológica, hace más de una semana. Adiós remordimientos, estoy soltera de nuevo. Recuerda María, lo prometiste, la consigna es divertirse sin parar.

De pronto, levanté la mirada y mis amigas habían desaparecido. Matías estaba frente a mí.

Hablamos mucho. Se presentó, me presenté, luego las preguntas de rigor: "¿dónde vives?", "en Lima", "¿en qué trabajas?", "¡¿¿qué dices?? sorry la música está muy fuerte!!" "!¡¿Que en qué trabajas??

¡Ouch! la pregunta que no quería oir, peor aún, me salió con que era ingeniero y trabajaba como consultor de seguridad en una planta minera transnacional... ¡diablos! todo un ganador, ¿y yo? ¿quien soy yo?"

¡¡Soy periodista, trabajo en el diario XXX!!"
"¡¡¡¿¿Periodista, y en ese diario??, qué bien, es uno de los más importantes!!

Sonreí triunfal, casi tanto como si lo dicho fuese cierto, ya me veía yo entrando al enorme y antiguo local de ese diario, de portón, columnas y una enorme cúpula, flanqueada por mi fotógrafo y el asistente, lapiz y cuaderno en mano, en pos de la noticia...

De pronto ya nada podía detenerme, ahora era periodista-jefa de redacción, tenía treinta personas a mi cargo a quienes reunía todos los lunes en la mañana en mi enorme oficina del tercer piso desde donde podía contemplar los edificios y casonas del Cercado de Lima en su agitar diario. Y por supuesto, que me pagaban muy bien. Ah y no faltaban por supuesto las comisiones periodísticas que realicé hace un par de semanas en París y Madrid...


... no sé si fue mi respuesta, o el hecho de estar cada vez más cerca a causa de que no nos oíamos, la cosa es que empecé a sentir calor, me había sonrojado. Demonios ! sonrojarme a estas alturas, y como una quinceañera... pero estaba contenta, el efecto causado en mi hombre ya se notaba bien: se mostraba asombrado y complacido, aunque algo no le había quedado claro:

"¡¡¿¿comisiones en dónde??!!"

Suspiré un poco, era tedioso estar gritando todo y encima más de una vez. Pero eso lo ponía cada vez más cerca, ya casi sentía su aliento. Tomé aire de nuevo.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡Que estuve en Paris y Madrid, HACE DOS SEMANAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Un silencio brutal se apoderó de la sala: la música había terminado justo cuando le mentía a todo pulmón a mi nuevo amigo. ¡Qué vergüenza!Pero eso no fue lo peor, una vocecilla salió de algún rincón de la sala para rematarme de un tiro

"¿Que te fuiste a París, Madid?"

Y otra más

"¿dos semanas?"

y otra

"pero cómo no nos lo contaste antes..."

Ahora unas diez personas nos rodeaban y me llenaban de preguntas, de reclamos y de más preguntas. Y estas eran cada vez más incisivas, tanto que yo misma iba retrocediendo poco a poco tratando de defenderme. El semblante de Matías comenzaba a pasar del asombro feliz a la alegría discreta y comedida, y ya veía mi cadáver en el paredón retorciéndose a causa de las miles de balas-preguntas. Pero tenía que defenderme. Que viajé a Europa en una comisión secreta y por eso no se los conté. Que hace un par de semanas creíste verme y hablar conmigo, pero no era yo. Que uso seudónimo en vez de mi nombre real por una cuestión de seguridad.

"Sí pero, ¿de ese diario no que te habían...?"

"¡NO!"

Estaba sudando, y el grito que di hizo retroceder a todos los que me hostigaban ya. En ese momento me sentía en medio de un charco de sudor y desconsolada. Desesperada también. Mi lengua larga me iba a dejar en el más completo de los ridículos y alejar definitivamente de mi nueva conquista, que por cierto, ya no estaba entre los curiosos que me rodeaban.

Necesitaba hacer algo, y ya. Pero de pronto...

miércoles, 31 de octubre de 2007

A mal tiempo...


Dicen que hay que ver siempre el lado bueno de las cosas, se viva el momento en que se viva. Y aquí desde mi esquina, me he propuesto hacer lo mismo. Porque, aunque no lo crean, ha llegado el momento del hartazgo en mi vida. Todo lo que hago es quejarme, deprimirme. preocuparme, gastar y gastar papel higiénico en lágrimas de cocodrilo, andar como una momia con mis harapos de dormir, mis cabellos revueltos y mis legañas, desde mi cama a mi escritorio e ingresar a mi habitación virtual, que, por cierto se está conviertiendo en la esquina de los lamentos... he repasado lo que he escrito, y observo que he hecho con mi blog algo semejante a pintar una habitación de negro y decorarla con telarañas, escobas de bruja y cuerdas de ahorcado. No más.

Hmmm no sé por qué pero ahora, todo me está pareciendo alegre. ¿será por el sol que afuera brilla espléndidamente? ¿será porque hoy es un día de fiesta y jolgorio? es el Día de la Canción Criolla en el Perú, el día en que desempolvamos nuestros vinilos , CDs y cassetes que traen los suspiros, lamentos y alegrías de nuestros más destacados artistas nacionales, muchos de ellos, eximios guitarristas y compositores de renombre internacional... y ya todo el mundo se pregunta, ¿qué planes para esta noche? qué Halloween ni que ocho cuartos!... toma mientras! no hay primera sin segunda! que viva la resbalosa! que salgan todas las parejas a bailar...

Sí, a mal tiempo buena cara, porque hasta el dolor nos puede dar lecciones de vida. Y no es que con eso pretendamos de modo masoquista buscar al dolor para hacernos de un buen maestro pero, si las circunstancias nos enfrentan al sufrimiento, a la desgracia o a dar un mal paso, hay que sacarle ventaja, ver qué podemos aprender de eso, y seguir.

Además, ¿de qué me quejo tanto? no tengo hijos que mantener, no tengo deudas, vivo con mi abuela, la mujer de mi vida, quien me espera todas las mañanas con una taza de leche caliente y un bizcocho y me acompaña en las tardes leyendo alguna revista, mientras navego por la web buscando trabajo. Es lo más gratificante y reconfortante que me ha sucedido en esta parte de mi vida, una oportunidad brillante como el sol, que aprovecho ahora que mi desempleo me permite tener tiempo libre: estar con ella todo lo que puedo, disfrutar al máximo de su entrañable compañía, escribir mientras, de rato en rato, me doy vuelta y observo su silueta que tiene -y siempre ha tenido- algo de señorial, destacándose con la luz junto a la ventana donde se sienta luego de almorzar, para hojear un libro, para coser alguna prenda, o para comentarme algo nuevo que ha oídio en la radio sobre una medicina natural que es buena para los ojos, el estómago o el corazón; sobre un comentario que hizo el sacerdote en la última misa a la que asistió; o sobre algo que oyó de una vecina mientras iba al mercado.

¿Cómo no lo había visto antes?. Solo pensando en mis cosas, no me di cuenta de la valiosísima oportunidad que Dios ponía ante mis ojos...

Así que, nada de quejas, nada de lamentos, al menos por hoy. Es mi meta del día. Que no tengo trabajo?¡pues piña! ¡ellos se lo pierden! ¿que mi novio no me contesta el teléfono? pues piña por él. Además que me ahorro llamadas, ¡que se lo pierda ! esta tarde la pasaré con mi abuela, haré algunos planes y me divertiré de lo lindo en la noche. ¡Que viva la canción Criolla, que viva la vida!

¡ toma mientras!

sábado, 27 de octubre de 2007

Mi entrevista de trabajo


Fuerza, paciencia, ánimo, optimismo, resistir, resistir.... estoy pensando en todas las palabras mágicas que oigo de mis amigos y que he leído en los comentarios de esta página que me he atrevido a colocar en la Web.

Palabras mágicas y llenas de esperanza, fuertes y brillantes como el sol que salió el miércoles, desde muy temprano y que parecía ser un buen augurio: era mi entrevista de trabajo.

Y ya lo tenía todo listo: la ropa que me pondría, -ustedes saben, la primera impresión es la más importante (y decisiva a veces)-, mi currículo, impecablemente elaborado, incluso con foto, la foto de una periodista cuya sonrisa triunfante y despreocupada distaba mucho de las clásicas fotos para documentos oficiales.

Me baño, me alisto, me arreglo, un vaso de jugo y salgo volando en un santiamén, no sin antes pasar mi mano por la estampita de San Judas Tadeo, el santo del trabajo, que cuelga en una pared. Me presigno ¿Le prometeré una misa? ¿una novena si la hago?

La calle. la calle desde el carro o a pie. Es el mundo que camina, que avanza frente a tus ojos, que nunca se detiene, ni para reír o llorar contigo, sólo avanza. Y avanzo también sobre ella, frente a ella, en ella, soy otra vez la gente sonriente que camina de un lado a otro, ejecutivos, de saco y corbata, secretarias, doctores, ingenieros, asistentes, mecánicos, choferes.... Respiro fuertemente y pienso en esta nueva y rápida otortunidad que he encontrado. Sonrío triunfal. Soy los edificios que brillan, los árboles y plazoletas que parecen cantar felices. Bienvenida, nuevamente al club, María Iribarne periodista.

Una vez frente a la puerta de la oficina donde sería entrevistada, tomo una gran bocanada de aire mmm ¿que abría detrás? ¿se parecerá acaso a mi antigua sala de redacción llena de movimiento y actividad? pero no se oye nada desde aquí... voy a tocar la puerta, pero antes de que levantara la mano, un hombre la abre y me queda mirando. Me hace pasar. Oh Dios mío. Estoy ante una oficina que es casi del tamaño de mi dormitorio... y en ella hay diez escritorios con computadoras alineados de dos en dos como en las escuelas primarias estatales, y en ellos, diez personas trabajando. Sus caras enterradas en las pantallas, e iluminadas por ellas parecen máscaras. Ni levantan la visa para mirarme. El silencio allí es sepulcral.

El entrevistador y jefe de esa empresa está desparramado en su silla, con un cigarrillo en la mano y un encendedor en la otra. Su ambiente es casi una cabina telefónica y su desordenadísimo escritorio parece ocuparse casi todo el espacio. Rápidamente escruto: guías de remisión amontonadas, hojas con diseños publicitarios, llenos de enmiendas y observaciones, clips, lapiceros, oficios, una taza de café a medio beber. Un conocido aviso de alerta sale de su PC... está usando el MSN messenger mmmm

Parece haberme leído la mente, o mi rostro no puede ocultar la desazón que me causó ver tamaña austeridad en ese lugar (escritorios apilados en una ratonera, sin cocina, sin pasillos, sin baños, sin espacio alguno). "Anque usted vea que trabajamos en condiciones bastante sencillas, le aseguro que esta empresa tiene sus réditos y prestigio bien ganado, tenemos clientes en Argentina, Chile, Colombia, Brasil..." En ese momento ya no lo escuchaba. Sólo veía a mi posible empreador haciendo círculos grandes con las manos, apuntando al techo algunas veces y otras hacia sus montones de papeles. Me sentía decepcionada. No me iban a ofrecer mucho seguramente.

De pronto su voz se levanta de nuevo y me hace despertar de mi marasmo "Nuestra meta, nuestro objetivo, es alcanzar el iso 9001 y por eso buscamos profesionales competentes en el área de prensa, para la edición de boletines corporativos empresariales..." Parecía un mandatario dando balconazos, y yo como su único público empecé a atemorizarme. Entonces recordé las palabras - clave, necesitaba recordar algo para calmarme. "Fuerza, ánimo, optimismo"... bueno, quién sabe, de repente esta suerte de chiflado perfeccionista sí tenía algo bueno que ofrecer.

"1.64 dólares por artículo, claro está, sujeto a la aprobación del cliente. Ah y también hay que ver el tema del control de calidad en el trabajo realizado, que por supuesto, incidirá en la tarifa... ¿qué le parece? además nuestra cartera de clientes no es nada despreciable. N0s mandan elaborar unso 20 boletines por mes de cuatro páginas cada uno. Unos 2 artículos por página, tres en algunos casos... "

No lo podía creer. La tarifa era tan pobre como yo lo iría a ser dentro de un par de meses cuando se acabaran mis ahorros. Ni siquiera iba a llegar a los 300 dólares, que es el salario mínimo oficial en este país, es más, ni ese salario mínimo, alcanzaría para pagar los servicios básicos de un hogar cualquiera".

Pero nocesitaba un trabajo, lo que sea, ¿qué hacer? Debía tomar una decisión inmediata. Estaba por balbucir algo cuando el hombre tomó la posta. "Sin embargo, vamos a evaluar su hoja de vida y la llamaremos si se considera que su perfil reúne los requisitos como para formar parte de esta corporación que aspira a alcanzar los máximos estándares de calidad en la información...." otra vez sus brazos hacían dibujos en el aire. El sol estaba furiosamente brillante y la ventana que había tras él era una enorme pantalla que comenzaba a enceguecerme. El hombre era una silueta que comenzaba a ser devorada por ella...

Sí, el sol estaba furioso, su calor comenzaba a aplastar mis espaldas. Ahora la calle ya no parecía el reflejo de la alegría, la fuerza y el optimismo, era un montón de gentes autos y buses, tiendas y comercios centelleantes con sus vidas girando, torciéndose y retorciéndose para sus propios lados, sin mirarme. No lo podía creer, pero por qué no. Yo sé perfectamente que esto podía ocurrir. Ni modo, así es fútbol... en el Perú. Mejor me busco un teléfono público, para llamar por enésima vez a mi ex novio, a ver si en esta sí me contesta...

martes, 23 de octubre de 2007

No nos llame...


... nosotros lo llamaremos. ¿Les suena conocida esta frase? Seguro que sí, es más, debe tener tantos años como los que conforman la llamada Edad Contemporánea de la humanidad, y es la que supuse escucharía en algun momento no muy lejano... después de todo es la frase favorita de los empleadores que quieren deshacerse de los desesperadas aplicantes que pugnan por una vacante en una empresa, pero que "no reúnen el perfil requerido" (esa es otra de sus frases...) y tal vez, en esta nueva e intrincada aventura de buscar y buscar por entre la maleza del empleo en Lima Perú, no escaparía de ella...

...pero bueno, era domingo y en ese momento, no tenía de qué preocuparme... o más bien, no quería.... y dejé que la modorra del sueño -que era como uno de esos amigos insistentes que no te dejan irte de la fiesta- me atrapara... ¿qué hora sería? no me importa... solo quería seguir disfrutando de mi camita, toda ancha y mullida....

Sin embargo era domingo, y como todos los domingos, especialmente en la vida de un desempleado, por ley, hay que ir a buscar el diario, para, plumón, o lapicero en mano, buscar alguna oportunidad para salvar mi, cada vez más destartalada vida financiera, en la sección de los Empleos.

Tal vez esas páginas rellenas de letritas y letritas, que conforman esta sección me hicieran olvidar un poco cuán desarreglada se pone la vida de uno, cuando algo, se sale de control, o mejor dicho, cuando una de las tuercas que conforman la armazón de tu existencia, se afloja y se cae. Todas las demás, como por aviso, comienzan a desmoronarse también. Y ante nuestros ojos, todos esos andamios, gruesos y delgados, rectos y curvilíneos que tanto nos ha costado construir, se vienen abajo, como un castillo de naipes.

Pero lo peor de todo es cuando uno mismo contribuye a la destrucción de todo. Sí, uno mismo. Porque cuando todo se sale de control, se pierde el sentido del equilibrio y todo comienza a hacerse mal... pero ya no por azar del destino, sino con nuestra propia mano....

Y eso fue lo que pasó el sábado. Lo arruiné todo. Lo eché por la borda e hice que mi novio se fuera. Diablos ! y la estabamos pasando tan bien ... por qué tuve que arruinarlo todo con esos veinte vasos de cerveza que me tomaba, uno tras otro, , de a sorbos primero y luego cada vez más rápido... como si fuera la última vez, la última fiesta del año, la última bebida de toda mi vida.... y el pobre había soportado todos estos días míos de tensión con una paciencia a prueba de balas. Era su contribución a mi desgracia. Resbalaron y cayeron de los umbrales de mis oídos sus frases de apoyo y comprensión. No nocesitaba palabras, necesitaba trabajo, trabajo maldita sea, ¿¿por qué me sacaron, por qué a mí, si era eficiente, hice todo lo que me pidieron? por qué, por qué... y tú con tus palabras de aliento... palabras... de qué me sirven tus estúpidas palabras??

Entonces el pobre bajaba la cabeza. Y lo hacía lenta y dolorosamente. Y yo terminaba avergonzada de mí misma, sintiéndome una basura. Y pidiéndole perdón luego, la tarde pasaba viéndonos abrazados, sollozando cara con cara apoyados el uno en el otro... pero todo tiene su límite y él también lo tuvo, y yo y mis cosas, y mi fatalismo... y veinte vasos de cerveza, un par de bofetadas en la calle, insultos, arrastrones del brazo... lo empujé todo al abismo...
y luego el adiós vino vomo un intenso dolor sobre otro...

No lo pude retener. ¿Cómo podría? ¿con qué cara? lo vi alejarse esa madrugada en la puerta de la discoteca sabiendo que ni mis lágrimas ni nada podrían cambiarme ni cambiar nada y sentía que el pecho me estallaba en mil pedazos y pasaba nuesta vida juntos en un segundo.... Y ahora, mi único consuelo es el diario del domingo, mi cama, una resaca del demonio... y una estúpida llamada para mí... ¿quién sería?


Oh Dios mío, alguien me llama para una entrevista de trabajo. Mañana miércoles a las 10 am.

Mmmm ¿me irá bien esta vez? ¿escucharé la consabida frase con que titulo este capítulo de mi vida? Mi dolor de cabeza es tan intenso...

Pero bueno el próximo post ya les cuento cómo me fue con esta nueva chance... y con todo lo demás...

viernes, 19 de octubre de 2007

Mes morado


Octubre, mes morado. Es el mes en que todo Lima se viste de este color, el delicioso turrón se vende en todas las confiterías y la humareda de los anticuchos inunda las calles del centro de la antigua Ciudad de los Reyes. Las gentes se vuelcan por miles a seguir a las andas del Señor de los Milagros que lentamente va recorriendo las calles. Siempre he visto este abrasador fervor con excepticismo. Pero ahora, que las cosas se me ponen moradas y hasta negras, diría yo, he pensado seriamente en unirme al corro y elevar una plegaria junto a la muchedumbre.

Porque dicen que la fe mueve montañas. Y fe siempre he tenido, fe en Dios, en quien creo a mi propia manera. Nada cercana, esta, mi especial forma de ver mis orígenes, a los cánones impuestos por la Iglesia Católica, exceptuando por las oraciones de rigor (llámense Padre Nuestros o Ave Marías) que cada noche recito antes de dormir, como cuando era niña.

Creo en el poder de estas dos oraciones. No sé qué tienen exactamente cada una de estas palabras que las componen, pero creo que luego de tantos años de ser repetidas por generaciones de generaciones, han adquirido un poder especial de convocatoria que nos acercan más al Creador. Esto más allá de quien las haya compuesto, dicho, o escrito por primera vez y y sin importar quién y cómo sea quien nos creó.

Y esta fe especial que mantengo ahora se siente atraída por el Cristo Morado y sus miles de incondicionales envueltos en sus túnicas moradas que pelean por tocarlo, sus cargadores que soportan la tonelada y media que debe pesar la efigie y las sahumadoras quienes con sus cánticos esparcen el incienzo cuyo humo se va volando por entre sus cabecitas envueltas con blancas pañoletas mientras que las miles y miles de plegarias, súplicas, agradecimientos y ayes de dolor, se entremezclan con los vendedores de relicarios, cruces, hábitos y fritangas, para después desaparecer.

Oh Señor, ora pro nobis. Porque estoy sin trabajo... y estoy a punto de pecar.

viernes, 12 de octubre de 2007

¿Demandar o no demandar?


“Denúncialos, denúncialos”.

La voz de Gloria, mi mejor amiga, suena más clara y fuerte que nunca. Ni siquiera el estruendo y el bullicio que todos los sábados hay en La Taberna -nuestro punto de encuentro para tertulias y cuchicheos mujeriles en voz alta- parece acallarla. Dos enormes y sudorosas jarras de cerveza helada, son mudos testigos y burbujean alegres frente a nuestros rostros.

Ella es abogada. O estará a punto de serlo en unos meses. Y cree que si demando a la empresa que decidió deshacerse de mí, podré cobrar una buena indemnización.


“Esos imbéciles tienen que reconocer tus derechos. Más de un año y sin haber formalizado tu contrato? Eso no es posible”.


Pero lo es. En un país como este, donde hecha la ley, hecha la trampa, no es raro que las empresas quieran abaratar sus costos como sea. Una de estas formas es contratar trabajadores a través de una modalidad en la que éste percibe un sueldo completo, pero sin derecho a prestaciones de salud, bonificaciones, compensaciones por años trabajados, etc etc.


Este trabajador "independiente" (cuyo contrato se llama “locación de servicios”) solo tendra que girarle a la empresa una suerte de factura llamada “recibos por honorarios profesionales” para poder cobrar su salario. Pero dadas las condiciones de no vinculación con la empresa, ésta puede deshacerse de él cuando mejor le parezca y el trabajador no podrá decir ni chus ni mus.


Sin embargo, un trabajador contratado bajo esta modalidad, no puede estarse así para siempre. Si la empresa lo contrata como Locador por más de tres meses, está obligada a formalizar el pacto, cambiándolo por un contrato real de trabajo (conocido como Planilla) en la que, ahora sí, éste podrá acceder a todos sus beneficios sociales.


Bebo un buen sorbo de mi cerveza. ¿Cómo es posible? Más de un año quemando mis pestañas para un gigante, como locadora de servicios, esperando y esperando el gran momento de que me cambiaran de contrato. Pero a cambio, recibí una patada en el culo. Mi amiga Gloria tiene razón, debería demandarlos y enjuiciarlos.

Y de pronto, surge la pregunta del millón (de soles, el dólar está devaluado)

¿Demandar o no demandar? he allí el dilema.

Entablar una demanda judicial en el Perú, es como meterse de lleno en un mercado sirio del siglo I. Y en un lugar como ese, donde todo se compra y todo se vende ¿ganaría?. La justicia en el Perú se vende al mejor postor. Sería David contra Goliat, una piedra y una honda, contra treinta toneladas de músculos, e influencias en los tribunales.Y yo no tengo suficiente dinero para comprarme.. más que otro chopp para brindar con mi amiga. Goliat haría un arreglo inmediato bajo la mesa. ¿Y David? que se meta su huaraca por donde mejor le entre...

Junto al enorme ventanal de este antiguo local de enormes anaqueles con tragos de todos los tamaños y un adusto mostrador de cedro puro (más de 50 años de existencia) se sitúa nuestra mesa, cuya rugosa madera se ilumina y cobra vida... sigo su resplandor con la mirada hasta alcanzar la calle y no dejo de perseguir cada rostro que pasa. Sonrientes, despreocupados.... como yo hace más de un año, en mi primer día de trabajo en esta empresa con la que no sé que hacer ahora. Era la envidia de mis amigos y ex colegas. Iba a formar parte de una gran corporación de gigantescas oficinas amobladas, llenas de escritorios finísimos con computadores de última generación y sillones mullidos, y de gente importante de saco y corbata caminando de un lado a otro... de un piso a otro.. todo dentro de un orden milimétrico y perfecto... todo perfecto, ¿qué podría salir mal?

Pero la razón más importante de la envidia general era el sueldo. "Un sueldazo" pensaban todos, se relamían los bigotes. Y yo no pude evitar sentirme feliz, aún cuando esto último no era tan cierto. Iba a ser el doble de lo que ganaba en mi anterior trabajo pero la gente creía que iba a ganar como gerente.

La envidia y el asedio general, sin embargo, contagian y yo iba camino a mi nuevo trabajo mirando sonriente a todo el mundo, sintiendo que todo el mundo me miraba. Sentada en el bus, contemplaba risueña la vida pasar y todo me parecía alegre y bueno. Ya no tendría que temer nada, los enormes edificios de oficinas de San Isidro no me mirarían con desdén, y las multitudes de gentes que los ocupan: bancarios, secretarias, gerentes impecables, todos con fotocheck y vestido sastre...iba a ser el nuevo club que me abriría sus puertas como a un nuevo y selecto cliente...

Y no fue más que un sueño legañoso que se diluyó rápidamente, una burbuja que se elevaba rápidamente hasta el infinito, para luego reventar... una burbuja hermosa y dorada como las que flotan en mi jarra de cerveza... desde la base y con premura por entre su oro, hasta su propio cielo blanco y espumoso, allí junto, al borde del vaso...

...para morir allí y fundirse con él.



Moraleja: soñar no cuesta nada, pero a veces el despertar... puede ser muy doloroso.



Tag: [chamba]

martes, 9 de octubre de 2007

De zapping, resaca y otras cosas


12 del día. Me duelen los dedos. El zapping es un arte pernicioso pero devastador. Y peor si se está aún en medio de una resaca de fin de semana con feriado largo. Viernes, sábado, domingo…vaya, quién lo diría, entre cigarros e interminables vasos de cerveza, ¿alguien dijo desempleo?

¡salud!

¿que firmé el plan “austeridad en el gasto” considerando la época de vacas flacas que se avecina? ¡Salud!

Y a gozar de esta excitante pero falsa alegría, a mojar las palabras con alcohol de cebada ¡ no importa si dentro de mi antiguo colegio con mis ex compañeros, o si con mis colegas del instituto de inglés, o si con los amigos de siempre frente a una mesa redonda y un cubilete con dados.

¡Salud... y beber para olvidar... o beber para recordar..

y de nuevo olvidar!


1:20 pm. Love Actually. Es la cuarta vez que veo esta comedia y sus remilgosos vericuetos de amor, entre bufandas de colores, ventanales escarchados de nieve londinense y sonrisas felices previas a la Navidad. No dejo de sentirme conmovida. Todas esas parejas felices de la película… tan felices,

(pause: y Colin Firth tan, pero taaaaan bueno…play: Navidad, Navidad, está taaaan cerca...).

Luego, miro por mi propia ventana… gente feliz paseando a sus perros, cocinando, tendiendo su ropa… Y luego me miro,. El reflejo del monitor de la PC es implacable: por qué todos parecen ser tan felices y yo no? Dios ¿por qué no me he peinado? ¡ estas greñas amenazan con invadir mi cara! Parezco una mezcla de rastafari drogado, con medusa lagañenta y venida a menos.

4 pm. De vuelta a mi computadora y a esta cada vez más aterradora rutina: 11 de la mañana: levantarse, 11:30 desayunar con un ojo abierto y el otro cerrado, 3 de la tarde, comer, 6 de la tarde, jugar Medal of Honor por tercera vez. Resaca post almuerzo. Oh es tan deliciosa y cálida la comida de mi abuela, casi he retrocedido a mis primeros años cuando lloraba y sus amorosos brazos me levantaban para secar mis lágrimas y arrullarme hasta quedarme dormida… oh mis ojos se cierran sin control, la luz de la tarde se apaga lentamente y la sección de búsqueda de las páginas de empleo están más vacías que mi bolsillo.

Perdón, sí hay algunas respuestas a mi búsqueda:

“No hay coincidencias”

“Usted no tiene avisos nuevos”

“Nadie quiere contratarlo”

“Perdedor”

Al diablo. Creo que voy a dormir una siesta…



imagen: www.fotos.org

jueves, 27 de septiembre de 2007

Sin trabajo

Mi primer día. Hora: 6 de la tarde. Fecha: 26 de setiembre de 2007. Lugar: la biblioteca de mi casa. Aquí, sentada frente a mi computadora, muriéndome de frío y al calor de mi hogar (valga la contradicción), he decidido escribir un poco acerca de mí misma. Me presento, soy periodista y escritora. Bueno, en realidad, una reverenda desconocida que escribe, pero al fin y al cabo escritora.

Sin embargo, no solo es mi primer día porque me he aventurado a iniciar esta malsana práctica del desnudismo literario (la cual siempre se enciende cuando estoy en problemas): es mi primer día sin trabajo. Sí señores, me uno de grado o fuerza al club de los desempleados del Perú, a la asociación de los Sobre Manila enquistados en sus largas colas los lunes en la mañana, a los “pataditas” de las latas y latones en muchos casos, que hacen malabares de envidia, no con las latas, sino con lo poco que consiguen para sobrevivir.

Ah, pero me urge titular antes de entrar en detalles, ponerle un título a esto que escribo (manía reporteril ustedes me perdonarán). Qué tal “no necesitamos más redactores en el diario” ?

Pues sí, eso fue lo que me dijeron ayer en la tarde en la oficina (una importante empresa periodística). Y lo sentí como un post-it que me hubieran pegado en la frente. “Ha bajado la cantidad de trabajo, otros pueden hacer lo que tu hacías, gracias por los servicios prestados, etc etc etc”. Ya me veía con la cara llena de esos papelitos de recados.

Ojos que no ven. Esa no es la verdad. El diario no vende. Ni aún cuando a los pobres redactores practicantes se les redujo el salario, ni aún cuando se dejaron de hacer publicherrys franeleros y gratis, ni aún cuando se llevaron para siempre la impresora a colores, ni aún cuando se torció una vez más la línea editorial en favor del nuevo gobierno. Por favor, Que esa empresa editora tiene más deudas que Fujimori por sus crímenes, y se va derechito a la bancarrota. ¡ Joder !

Casi recuerdo como si fuera ayer cuando ellos me llamaron. Fue hace un año atrás y la empresa estaba al borde de la gloria, era la top ten de lectoría, más de 500 mil ejemplares vendidos cada día. Y yo, bueno, en ese entonces, yo estaba…

Pero ya conté demasiado, lo demás lo completo en la siguiente vez. Prometido. Ahora necesito urgentemente algo caliente que beber.

PD: Pero qué grosería, olvidé presentarme. Soy María Iribarne.Aclaración. Cualquier parecido, es simple coincidencia

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